Política
Los senadores no aplican la motosierra: desde mayo cobrarán más de $9 millones
No quisieron seguir con sus haberes congelados y se verán beneficiados por la actualización de los sueldos de trabajadores legislativos. La vicepresidente Villarruel no hizo nada para impedir el “dietazo” que favorece, entre otros a los misioneros Arce, Rojas Decut y Goerling.

Los senadores nacionales por Misiones, Martín Goerling, Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, junto al resto de los legisladores de la Cámara alta del Congreso de la Nación, más de $ 9 millones en bruto a partir del mes de mayo.
Todo indica que no hay plan
motosierra para los senadores nacionales, quienes se hicieron los distraídos
para no debatir el incremento en sus dietas. De acuerdo con el portal Urgente
24, a partir del próximo mes, los senadores nacionales verán incrementadas sus
dietas y pasarán a percibir más de $9 millones brutos, lo que en mano
representa entre $6,5 y $7 millones.
El aumento no se discutió en
el recinto ni se votó recientemente: ocurrió de manera automática tras el
vencimiento del congelamiento de sueldos que había sido impulsado por la
vicepresidenta Victoria Villarruel y que expiró el 31 de marzo.
De hecho, la estrategia de
los senadores nacionales fue mantener el silencio: en lugar de debatir el tema,
evitaron toda discusión formal. En la última sesión, por ejemplo, prefirieron
dedicar el tiempo a un homenaje al papa Francisco, fallecido el 21 de abril
pasado.
Cabe remarcar que el sistema
de remuneraciones en el Senado se basa en un esquema de módulos. Hasta marzo,
cada módulo equivalía a $2225,25. Sin embargo, tras la última paritaria firmada
por la Asociación del Personal Legislativo (APL), el valor se ajustó a $2285.
Cada senador cobra 4000
módulos (2500 por dieta básica, 1000 por desarraigo y 500 por representación
institucional), por lo que el sueldo bruto trepó a más de $9,1 millones.
La comparación con los
sueldos y jubilaciones muestra la enorme desigualdad económica y social en
favor de los senadores nacionales, muchos de los cuales defienden la política
de ajuste del gobierno sobre los haberes de trabajadores activos y pasivos.
Una dieta de un senador es 23
veces superior al salario mínimo vital y móvil vigente en abril ($296.832) y 18
veces más alta que la jubilación mínima con bono. También representa un 60% más
que lo que percibirán los diputados nacionales, cuyo sueldo bruto rondará los
$5,7 millones.
Por su puesto el “dietazo”
genera incomodidad dentro del Senado, pero no generó acciones concretas para
frenarlo. Villarruel, que había impulsado el congelamiento de las dietas en el
Senado, ahora intenta deslindar responsabilidades. Aunque podría haber
impulsado un nuevo congelamiento, si forma parte de un gobierno que en campaña
dijo que “el ajuste lo iba a pagar la casta”.
En los hechos, el control
sobre la actualización salarial quedó en manos de los propios senadores. Desde
el oficialismo y la oposición reconocen que no hay votos suficientes para
revertir el incremento, y admiten que, en un contexto de crisis económica, el
tema resulta políticamente explosivo.
La polémica por los sueldos
legislativos no es nueva. En abril del año pasado, los senadores ya habían
aprobado —a mano alzada— una resolución que duplicó sus dietas, sumándoles
además un aguinaldo extra.
Aquella decisión llevó sus
haberes de unos $2 millones a más de $4,5 millones brutos, y provocó un duro
enfrentamiento con el Poder Ejecutivo. Ahora, con la paritaria de los empleados
legislativos como disparador indirecto, la historia se repite: los sueldos de
los senadores vuelven a escalar en silencio, mientras el malestar social por
los privilegios de la política se profundiza.
De todas formas, el propio
gobierno, con el presidente ultraderechista Javier Milei a la cabeza, fomenta
el descreimiento en el Poder Legislativo, en su intento de instalar un poder
autocrático y terminar con el sistema democrático en Argentina.
Sin embargo, huelga decirlo,
varios de los senadores que cobrarán el dietazo en mayo, forman parte de La
Libertad Avanza o son aliados indispensables para garantizar la impunidad para
Milei, como ocurrió semanas atrás cuando el Senado votó en contra de la
creación de la comisión investigadora del caso de la criptoestafa $Libra, en la
que el presidente es “partícipe necesario”.