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A partir de julio se actualiza el Salario Mínimo, Vital y Móvil
La medida impacta sobre asignaciones, planes y otros haberes, e influye en la estructura de programas y beneficios sociales que dependen de parámetros oficiales.

Ante la falta de acuerdo entre las cámaras empresariales y
los sindicatos, el gobierno de Javier Milei fijó mediante una resolución el
monto del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM) que comenzará a regir a partir
del 1° de julio.
De acuerdo al cronograma establecido por la administración
libertaria a través de la Resolución 5/2025 publicada en el Boletín Oficial, se
determinó que el monto de la remuneración mínima ascenderá a $317.800 en el
séptimo mes de 2025. Actualmente es de $313.400.
Además, se fijó el nivel mínimo de la Prestación por
Desempleo en $158.900 y el máximo en $317.800. Hasta junio, el piso de este
beneficio se ubica en $156.700 y el máximo en $313.400.
La normativa establece un incremento en cinco tramos, que
comenzó en abril y se completará en agosto, cuando el salario mínimo llegará a
$322.000. Esta actualización reconfigura también el sistema previsional,
paritarias, prestaciones sociales y beneficios estatales vinculados
directamente, como las Becas Progresar que no pueden superar los tres SMVyM.
A pesar del aumento dispuesto por el Gobierno, el nuevo
valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil queda muy por debajo del costo real de
vida.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC)
informó que una familia tipo precisó al menos $1.110.623,65 para no quedar bajo
la línea de pobreza en mayo de 2025. Al mismo tiempo, un hogar compuesto por
dos adultos y dos menores de edad debió percibir ingresos mayores a $500.281
para no ser considerada indigente, bajo los parámetros actuales. Esto se
desprende del informe de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que fija el
umbral de la indigencia, y la Canasta Básica Total (CBA), que determina la
línea de pobreza.
Organizaciones sindicales y sociales ya advirtieron que el
nuevo valor del SMVyM "no cubre ni lo mínimo indispensable", y
anticiparon posibles medidas de protesta si no se produce una recomposición más
sustancial.
En este escenario, la actualización del salario mínimo no
alcanza a ser una mejora real para millones de argentinos, sino una cifra
simbólica que sigue sin garantizar un nivel de vida digno frente a una
inflación acumulada que sigue en ascenso.