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El impacto de la pandemia en el planeta

El respiro temporal por la menor circulación de autos y la baja contaminación de las chimeneas nos hace pensar sobre modos de producción.
 Mercedes Tombesi

Por Mercedes Tombesi

Desde 1974, cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, pero en esta ocasión, la fecha se diferenciará de todas y quedará en la historia. A partir del comienzo del aislamiento en todo el mundo a raíz de la pandemia de COVID-19, fuimos testigos de notables cambios.


Sin olvidar el terrible impacto en la salud y en la economía, quedó en evidencia la crisis ambiental que atraviesa el mundo entero, y la respuesta del planeta ante nuestro comportamiento es, sin dudas, un llamado de atención.


Nos asombramos al ver infinidad de especies animales deambulando por espacios donde habitualmente circulamos: desde los lobos marinos en las calles de Mar del Plata, dromedarios en las playas de Dubai, el nacimiento de tortugas en vías de extinción en las costas de Brasil, hasta cisnes en las aguas de Venecia .


Otra prueba ineludible son las fotos satelitales que se dieron a conocer en los medios y que muestran el aire más limpio. Esto se debe a la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) responsables del calentamiento global provenientes, principalmente, de ciertas industrias y del transporte.


Más allá de que aún estamos lejos de alcanzar las metas cuantitativas planteadas en el protocolo de Kioto (Acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global), es una oportunidad para tomar medidas más rigurosas a fin de evitar un calentamiento global insostenible.


Pero la preocupación por el medio ambiente se remonta a la década del '70, a partir de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo (Suecia), que sentó las bases del Derecho Ambiental. Se trata de un conjunto de normas que regulan la relación entre las personas y la naturaleza con el fin de preservarla y protegerla para que exista un entorno saludable.


En el calendario oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Día Mundial del Medio Ambiente es la fecha más importante para generar conciencia sobre la problemática y fomentar la acción ambiental. El 5 de junio se convirtió en una plataforma global de alcance público que reúne a gobiernos, empresas y ciudadanos en torno a un asunto ambiental apremiante.


Tanto el Derecho Internacional como nuestra Constitución Nacional en su artículo 41 amparan el derecho a gozar de un ambiente sano y equilibrado apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, por eso implica, además, el deber de preservarlo.


La reacción de la tierra de estos días, aunque sabemos que se trata de un respiro temporal, nos invita a repensar nuestros hábitos de producción y consumo para asegurar el bienestar presente y un futuro saludable; y al mismo tiempo, rediseñar modelos económicos más sostenibles que funcionen tanto para las personas como para el planeta.


El impacto del turismo cero en el ambiente

Esta actividad en escala de masas implica grandes flujos de personas al mismo tiempo en un solo lugar, y aunque en algunos sitios se tomen los recaudos suficientes para generar el menor daño posible al patrimonio cultural y natural, tiene un fuerte impacto tanto social como ambiental.


Además, este flujo de visitantes aumenta la demanda del transporte, que es uno de los principales responsables de la emisión de gases de efecto invernadero. Un claro ejemplo durante los días de cuarentena fue Venecia, uno de los destinos más elegidos. Esta ciudad recibe cerca de 30 millones de turistas al año, lo que representa un promedio diario que supera la cantidad de sus habitantes.


Si bien, recién ahora, luego de casi tres meses de aislamiento total, Venecia comenzó a recibir turismo interno, fue de los primeros sitios que se vio obligado a cerrar sus puertas a los visitantes, y las consecuencias en el ambiente fueron elocuentes.


Según los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) se registraron 1.400 millones de llegadas internacionales en todo el mundo, por lo que una reducción a cero incide de manera significativa.


Mercedes Tombesi, abogada, periodista, técnica en Turismo y docente de Derechos Humanos de la UBA.

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