Lo que prometía ser una fiesta con sabor a Messi terminó siendo una clase magistral del Paris Saint-Germain. En el marco de los octavos de final del Mundial de Clubes 2025, el equipo francés vapuleó al Inter Miami con un inapelable 4 a 0 que dejó en evidencia la enorme diferencia entre la elite europea y los sueños de grandeza del fútbol norteamericano.

Primer tiempo: una tormenta perfecta

El PSG no perdió tiempo. En apenas 6 minutos, João Neves abrió el marcador con un cabezazo preciso. El mediocampista portugués repetiría la dosis a los 39’, esta vez tras una jugada colectiva de manual con Barcola y Ruiz. Pero el vendaval no terminó ahí: a los 44’ un autogol de Tomás Avilés desnudó las descoordinaciones defensivas del equipo de Javier Mascherano, y un minuto después, Achraf Hakimi sentenció el 4-0 definitivo con una definición de otro planeta.

El PSG marcó los cuatro goles en los primeros 45 minutos, manejó los tiempos y luego administró la ventaja con categoría. El segundo tiempo fue puro trámite.

Messi: silenciado

Lionel Messi, figura icónica del Inter Miami, tuvo una única ocasión clara: un cabezazo contenido sin esfuerzo por Donnarumma. El resto del partido lo vio rodeado de camisetas blancas, sin espacios, sin conexión, y con una frustración que se notó en su lenguaje corporal.

La ilusión del conjunto estadounidense de hacer historia en el torneo se desmoronó con una contundencia abrumadora. El equipo rosa no registró ni un solo disparo al arco en la primera mitad, y terminó el encuentro con una posesión del 30%, frente al 70% parisino. Un dato demoledor: PSG completó 343 pases en el primer tiempo, Miami apenas 105.

Análisis y consecuencias

Lo ocurrido en Atlanta fue más que una goleada: fue una radiografía exacta del abismo que todavía separa a la MLS de la élite europea. Aunque Inter Miami mostró evolución táctica desde la llegada de Mascherano, el PSG lo redujo a un equipo amateur en los momentos clave.

El equipo francés, por su parte, avanza con autoridad a los cuartos de final, donde lo espera un choque que promete alto voltaje ante el ganador de Flamengo vs. Bayern Múnich. Y sin Kylian Mbappé (ya transferido al Real Madrid), el PSG demuestra que su poderío sigue intacto.

El veredicto

Inter Miami soñó en grande, pero la realidad lo despertó de golpe. La ilusión rosa se desdibujó frente a un PSG implacable, veloz y quirúrgico. Messi no pudo hacer magia, y la MLS recibió un baño de humildad internacional. El mensaje es claro: aún falta madurar.