La Comisión Negociadora paritaria del Congreso acordó con las autoridades de ambas cámaras un incremento en las dietas del 6,5% estipulado en dos tramos: 3,5% desde el 1ero. de julio pasado; y el otro 3% a partir del 1ero. de agosto. Y la negociación tuvo un inmediato impacto político, porque la vicepresidente de la Nación Victoria Villarruel habilitó que el incremento llegue a las dietas de los senadores, que pasarán a cobrar 9 millones de pesos en bruto y unos 8 millones de pesos de bolsillo.

Al contrario, el titular de la Cámara baja, Martín Menem, había dispuesto que la dieta de los diputados nacionales no esté enganchada a los futuros aumentos del personal legislativo.

Según el portal parlamentario, la resolución fue firmada por integrantes de la Secretaría Parlamentaria, y la Administrativa de ambas cámaras junto a las rúbricas de los sectores sindicales: la Asociación del Personal Legislativo (APL), Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN).

El fenomenal “dietazo” de los senadores terminó de resquebrajar la relación entre la vicepresidente Victoria Villarruel y el presidente Javier Milei, que salió a condenar el incremento en una escalada más del conflicto que la Casa Rosada mantiene con la titular del Senado. “No sé quién fue el responsable de semejante burla pero quienes han avalado estos atropellos a los trabajadores sufrirán las consecuencias en las urnas cuando el pueblo se exprese mediante el voto”, tuiteó el presidente.

“Los sueldos del Poder Ejecutivo se encuentran congelados desde el 10 de diciembre. No hubo aumento de sueldo para Ministros, Secretarios o Subsecretarios. Tampoco para mí, que además renuncié a mi jubilación de privilegio. Expreso mi máximo repudio al vergonzoso aumento de sueldo que acaba de ocurrir en la Cámara de Senadores”, disparó el presidente contra la vicepresidente, la segunda en la línea de sucesión en el poder.

De acuerdo con el portal LPO, este cruce se produjo en medio de la profundización de las tensiones entre Milei y Villarruel, cuyo último capítulo había comenzado el viernes pasado, cuando Karina Milei bajó a la Vicepresidenta del acto del Presidente con las fuerzas armadas para honrarlos con ascensos votados en el Senado.

Al día siguiente Villarruel faltó a un acto en homenaje a San Martín, al que había sido invitada por el gobierno de Mendoza: se excusó en un malestar que le impedía tomar un vuelo en avión rumbo a la provincia cuyana.

En ese marco, Villarruel evaluaba dos caminos para cobrarse las agresiones de la Casa Rosada y mandarle un mensaje directo al asesor estrella de Milei, Santiago Caputo, que mueve los trolls oficialistas en contra suya. El primero es evitar que el peronista entrerriano Edgardo Kueider –el hombre elegido por el ministro sin cartera– para que asuma como presidente de la Bicameral, que deberá controlar los fondos reservados de la SIDE que, en la práctica, maneja Caputo.

La segunda movida es dilatar el nombramiento del juez Ariel Lijo en la Corte Suprema, un tema crítico para Santiago Caputo, que cree que por esa vía se asegura cobertura judicial. Furioso, el asesor presidencial le dedicó los peores insultos al senador de LLA Francisco Paoltroni, quien por enésima vez manifestó, en una nota a LN+ que votará en contra del pliego de Lijo.

“El gordo Paoltroni me puede chupar la pija. Que disfrute la beca porque su carrera se terminó. Espero que ese discurso principista superfluo y pelotudo venga sin siquiera una multa de conducir”, afirmó Santiago Caputo a través de su cuenta fake de X, según publicó el portal LPO.

El aumento a los senadores se otorgó porque atado al de los trabajadores del Senado “por la Ley de enganche del 2011” y quedó sellado en una Resolución Administrativa (RSA) firmada por los representantes gremiales, el secretario Parlamentario, Agustín Giustiniani, y la secretaria Administrativa, María Laura Izzo, mano derecha de Villarruel.

Pese a la ley, entre 2019 y 2022 los legisladores desengancharon sus ingresos, como un gesto político.