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Politica

¡Leven anclas!

Una gran mayoría de los ciudadanos generalmente afirma que las Instituciones están por encima de las personas. Sin embargo, también estan aquellos que consideran más importante destacar que son las personas qui
Eduardo Perez

Por Eduardo Perez

Todo depende desde donde se observe. De hecho, es uno de esos debates con eterno final abierto. Es relativo, como el "Huevo o la Gallina". En el fondo hasta parece una discusión inocente. El problema es cuando en las sociedades aparecen aquellas personas que se "creen" las Instituciones. "Yo soy la Patria, yo soy el Pueblo, yo soy el ministro", por ejemplo.


Es en estos casos, donde se acaban las discusiones y donde empiezan los excesos. En Argentina y en Misiones, tenemos experiencia. Lo más interesante del actual proceso de recambio es justamente esto: La alternancia en la presidencia de la Nación y las señales de oxigenación en la provincia.


Para que ningún dirigente se ilusione con estar por encima de su cargo y para que la sociedad entienda que son ellos, los que integran la clase política, los que deben trabajar de servidores públicos, y no al revés.


Porque aún quedan muchos que solo trabajan para servirse de lo público.


"Alberto no quiere sombras", escribio el periodista Eduardo Van Der Kooy. "El presidente electo armó su gabinete con una lógica más parecida a la de Mauricio Macri que a la de Néstor Kirchner: prescindió de figuras llamativas", señaló en el diario Clarín. Suficiente sombra le hace Cristina Fernandez de Kirchner.


En Misiones, al parecer, lo que no quiere Herrea Ahuad son "anclas". Es decir, el gobernador electo armó un gabinete con dirigentes moderados y sin piedras en las mochilas. En terminos generales, valga la aclaración.


Esto es mucho. No es menor, sobre todo dentro del Frente Renovador.


Es que el oficialismo misionero es un esquema político muy flexible, se adapta a las circunstancias como ningun otro partido en Misiones. Pero al mismo tiempo, se articula a partir de un fuerte respeto por las jerarquías políticas y por consecuencia tiene pocos líderes con capacidad de tomar este tipo de decisiones tan de fondo.


Es decir, no es para cualquiera la tarea de "sacar" de un cargo a quiénes hace décadas ocupan los espacios públicos, y menos a quiénes están llenos de compromisos políticos y economicos. Quizás, este 10 de diciembre se leven las anclas y las instituciones vuelvan a estar al servicio de los ciudadanos.

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