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Politica

Misiones merece otros cambios para su reivindicación

Para la historia argentina existen figuras relevantes que perduran en el tiempo pero no todos gozan con la adhesión unánime de la ciudadanía
Alberto Monaca

Por Alberto Monaca

Para la historia argentina existen figuras relevantes que perduran en el tiempo pero no todos gozan con la adhesión unánime de la ciudadanía. Pretender desalojarlos del pedestal que ocupan con más de ciento cincuenta años con fundamentos mediáticos, hace suponer que la iniciativa tiene otro objetivo. Bartolomé Mitre participó en 1852 de la batalla de Caseros que desalojó del poder a Juan Manuel de Rosas. Sin embargo, no obstante todas las críticas que aún perduran contra este último personaje, para muchos argentinos es jerarquizado como héroe nacional. Mitre después fue gobernador de Buenos Aires y el 12 de octubre de 1862 asumió como presidente de la Nación Argentina hasta 1868 al entregar el mandato a Domingo Faustino Sarmiento, que éste último hizo por la cultura y educación de los argentinos y que, pese a las graves críticas que tuvo y sigue teniendo, su ejemplar trayectoria perdura en la inmensa mayoría de nuestro pueblo. A ambos la historia lo destaca como los propulsores de los ferrocarriles y de la comunicación telegrafía. Para 1865 Mitre se vió obligado a comprometerse en la guerra de la Triple Alianza ante el comportamiento del Paraguay al invadir territorio argentino.


Para 1870 fundó el histórico diario LA NACIÓN y como periodista, historiador, poeta e investigador, entre otras obras escribió las historias de San Martín y de Belgrano. Como militar y político, según consta en determinados documentos históricos, Mitre mantuvo una suerte de alianza con la oligarquía correntina y que, para mí a título personal contribuyó que en la historia común que conocen los argentinos desapareciera la histórica Provincia de Misiones. Sin embargo este hecho, con más de cincuenta años que vengo luchando por la reivindicación que merece Misiones, de ninguna manera me autoriza a pretender borrar de la historia a semejante protagonista de nuestra historia.


No es la primera vez que tratan de castigar a Mitre, como también a Julio Argentino Roca. Justamente ante esas iniciativas, sumándome a la lucha de Miguel Angel Alterach, que en 1950 sugirió que debe cambiarse para siempre el nombre de Posadas como capital de los misioneros por Ciudad de San Martín, sigo sosteniendo que ya es hora de hacer ese cambio ya que esa nominación fue impuesta por Corrientes antes de sancionarse en 1881 la ley de creación del Territorio Nacional de Misiones. Esa decisión fue tomada por el gobernador correntino Antonio Gallino cambiando el nombre de Trinchera de San José por quien en 1814 creara la provincia de Corrientes a expensas de todos los pueblos de la Histórica Provincia de Misiones y que fue Gervasio Antonio de Posadas que, como director supremo del gobierno porteño al mismo tiempo declaró traidor a la patria a José Gervasio Artigas disponiendo del pago en pesos fuertes atraparlo vivo o muerto. Y, para los que en función de gobierno poco o nada hacen para reivindicar a esta histórica provincia, justamente al declararse territorio nacional se eligió el pueblo de Corpus como su capital pero con el nombre de “CIUDAD DE SAN MARTÍN”. En el histórico debate de 1881, cuya versión taquigráfica poseo, en los fundamentos del presidente Julio Argentino Roca, éste afirma que “…la provincia de Corrientes hasta ahora ha estado indebidamente en posesión de Misiones”, para agregar que en 1810 “…estaba ya lejos del tiempo de su apogeo y tenía sin embargo, treinta y dos mil habitantes. Corrientes no contaba entonces sino con doce mil setecientos setenta”. Por su parte en el extenso debate, Carlos Pellegrini sostuvo: “La provincia más antigua de la República Argentina, es la Provincia de Misiones. Ella ha estado representada en nuestro Congreso después de nuestra Revolución y por hechos que serían largo enumerar, se encuentra hoy refundada en la provincia de Corrientes, formando con las dos una sola”. Pero lo más trascendente que debería comunicarse tanto a los propios misioneros como al resto del país, es cuando el senador Rafael Igarzabal, refutando a quien sostenía que “Corrientes ha dado a la República Argentina un gran hombre, nacido en este mismo territorio de Misiones que ahora se le quiere arrebatar…”, en voz alta categóricamente afirmó: “Si el ilustre San Martín, pudiera hablar para pedir algo al Congreso de la Nación Argentina, seria precisamente que restableciera la Provincia de Misiones don él nació, porque no es cierto que haya nacido en territorio de Corrientes, sino en lo que fue, y no es hoy, provincia de Misiones”.


Desde 1953, cuando recuperamos nuestra jerarquía de provincia, dejamos de ser una suerte de “colonia” del centralismo porteño para volver a elegir democráticamente a nuestros representantes, provinciales como nacionales. Ya han transcurrido 63 años y en nuestra gloriosa trayectoria histórica poco o nada se ha hecho para, primero, “misionerizar Misiones” y después, con total autoridad moral, comenzar a “Misionerizar al pueblo argentino”, comenzando por la ciudad capital de todos los argentinos donde hasta ahora Misiones no existe. Y si una calle se llama Misiones es por ser el “nombre del Territorio creado por ley nacional en 1881. Fue descubierto por Alvar Núñez en 1542 al alcanzar el Salto del Guayrá. Allí se establecieron las primeras misiones jesuíticas en 1609, con la fundación de San Ignacio. En 1814, por decreto de Posadas se anexaron las Misiones a Corrientes que ya pretendían los brasileños; por dicho antecedente se designó Posadas, en 1881, a la capital de Misiones”, se lee en el Diccionario de las Calles de Buenos Aires. El Litoral figura como “región argentina que comprende Santa Fé, Entre Ríos y Corrientes”; El misionero: “Sacerdote de las Reducciones Jesuíticas”; Posadas: Director Supremo designado por la asamblea del año XIII”. Con estos ejemplos queda en evidencia que efectivamente Misiones no tiene ninguna trascendencia de la Capital Federal, por lo que debe superarse este injusto olvido a la provincia más antigua del país que desde 1641, con la famosa Batalla de Mbororé nos dio nuestra condición de argentinidad a todos los argentinos.


Y si a nivel nacional poca o ninguna importancia se da a Misiones, aquí, en nuestra propia provincia, también ocurre lo mismo, sin destacar a Miguel Chepoyá, Pablo Areguatí, Nicolás Ñeenguirú, Ignacio Abiarú como también gobernantes misioneros que se prodigaron honestamente por el progreso de la tierra colorada, como Aparicio Almeida, César Napoleón Ayrault, Adolfo Justo Pomar, Julián Francisco Freaza, Plácido Nosiglia, Miguel Angel Alterach y esa honorable legión de pioneros, como Federico Puerta, Esteban Roulet, Alejandro Orloff, Benito Zamboni, Pedro Núñez, Víctor y Arturo Mutinelli, Andrés Haddad, Erich Kellner, Carlos Zettelmann, Lucio Pancho Queiroz, Arcile Pretto y tantos otros que injustamente siguen sepultados en el olvido, como las supuestas “parteras” en cada y todas las Colonias de entonces.


Para concluir, insisto y reitero que tanto aquí como en la Ciudad de Buenos Aires hay que rescatar el 18 de junio como fecha histórica no solamente para Misiones sino también para la Nación Argentina ya que en ese día de 1810 fue la Histórica Provincia de Misiones que adhirió a la Revolución de Mayo.

Tal vez con esta serie de sugerencias se imponga de nuevo el nombre de Clotilde González de Fernández a la EPET 2, ya que fue ella la fundadora de la Escuela Normal, el Colegio Nacional y la Escuela de Artes y Oficios. Y se rescate de una vez por todas a la primera Reina Nacional de la Yerba Mate, que fue Anita Paas, de Oberá, en 1944.


Ya resulta insólito que no haya imaginación para cambiar nombres de barrios, como 110 viviendas, A-4, A-3-2 y paseos y avenidas que deberían reflejar y transmitir el amor que se merece esta bendita tierra colorada.

Provinciales

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