Por Santiago Larrea
Una vez más vamos a hablar de la corrupción en la década ganada. En general, en los países más desarrollados, hablar de corrupción se da en casos aislados, hasta que se comprueba su veracidad. Se denuncia, se comprueba, y el corrupto termina donde debería estar. En la Argentina, es diferente, queremos dar otra vuelta de tuerca a la situación.
Con De Vido, es totalmente diferente, analicemos su caso:
Fue ministro de Planificación durante todo el Kirchnerismo, ¿qué significa esto? Que toda obra pública que pasaba por las arcas del Estado tenía que tener el guiño de Don Julio, y no Grondona. Para sumar nombres de notables relacionados a este ministerio, los podemos encontrar a José López, Cristóbal López, Lázaro Báez, y muchos más. Sumado a que tiene en sus espaldas la módica suma de 130 causas, 26 imputaciones y 3 procesamientos.
Ahora, vamos al tema de la semana, ¿desafuero o expulsión para De Vido? En primer lugar, en el lenguaje popular se sabe que el que afana, tiene que ir preso, pero para los funcionarios públicos existen algunas protecciones constitucionales que exigen algunas acciones previas.
Esto es así, para meter en cana a un Diputado hay dos opciones constitucionales: 1- agarrarlo In fraganti 2- Proceso de desafuero en la cámara de diputados, y posterior juicio. Expulsarlo de la cámara a mi humilde entender, y aunque este convencido que el Ex ministro es el peor de todos, no cumple con la Constitución Nacional. Si lo que queremos es cambiar, tenemos que empezar por cumplir con la Ley, y respetar la Constitución, tenemos que dar el ejemplo. Insisto, De Vido tiene que estar en cana, pero con su debido proceso.
Ahora la discusión de fondo es que si los argentinos tenemos que seguir soportando estos personajes nefastos que no solo se han llevado el dinero de todos, sino que también se han llevado sueños, proyectos y hasta vidas por el solo hecho de aumentar sus arcas personales con lo que no es de ellos. Y es aquí que tenemos que tomar una decisión, si volvemos a los Boudou, José López, Aníbal Fernández, los bolsazos y demás yerba o, si apostamos a la construcción colectiva y a largo plazo, quizá, los candidatos no serán Churchill o de Gaulle, pero al menos serían normales, bajan al llano y hablan de igual a igual con la gente. En fin, el cambio no viene de arriba, ni mucho menos esperemos salvadores democráticos que vengan a arreglar todos los males, el cambio lo producimos cada uno de nosotros desde nuestros trabajos, nuestras universidades, nuestros hogares, el CAMBIO lo hacemos desde abajo.
Y si no queremos mas De Vidos, tenemos que trabajarlo día a día, empezando por votar a conciencia.
En definitiva, ¿Desafuero o expulsión? Yo diría, ¡BASTA DE CORRUPCIÓN!
Santiago Larrea- Presidente de la Juventud Radical del Comite Capital
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