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Deportes

El misionero Mario Ríos a la selección juvenil para ciegos

Mario Ríos es un joven posadeño que perdió la vista a los 7 años a causa del fútbol y hoy a los 17 fue convocado para integrar la Selección Argentina Juvenil de fútbol para ciegos. Increíble par
Primera Edición

Por Primera Edición

POSADAS.- Esta semana se encuentra en Buenos Aires listo para partir rumbo a Brasil, más precisamente hasta San Pablo, donde del 20 al 25 de marzo se llevará a cabo el Parapanamericano Juvenil.


Histórica y a la vez emocionante es la presencia de Mario en la selección Argentina Juvenil para Ciegos, la cual sigue los paso de los “Murciélagos” de Silvio Velo.


“Hace tres años Nelson Branford, creador de los ‘Magos Misioneros’ me invitó a ser parte del equipo y comencé a jugar. Mi primer partido fue un amistoso en Chaco. Ganamos 3 a 1 y yo hice dos goles”, recuerda.


“A partir de ahí comencé a entrenar con otro ímpetu, me empezó a gustar más esto de volver al fútbol, como en mi niñez. En 2015 me llamaron a jugar para un equipo de Chaco y en 2016 me fuí a jugar a Fans Tiro, de Salta, cuyo director técnico es Ariel Figueroa, el mismo de la actual Selección Nacional”, relató el posadeño.


Jugar en los Magos Misioneros, en Chaco y en Fans de Salta hicieron que el misionero Ríos fuera convocado a la Selección Juvenil en septiembre del año pasado; luego tuvo un segundo y tercer llamado en noviembre y diciembre del mismo año.


Ya en febrero de 2017 volvió a recibir una nueva convocatoria de parte de su entrenador en Salta y en la Selección.


Concentraron y entrenaron una semana en Buenos Aires. En total eran 25 jóvenes de 14 y 20 años de todo el país, pero en la lista final solo había lugar para 10.


El posadeño que es delantero, aunque también se desempeña como volante, puso lo mejor de sí. Tuvo una muy buena semana y finalmente quedó en la lista definitiva para viajar a San Pablo.


“Fue un regalo de Dios”


Al ser consultado que sintió al escuchar su nombre, en la lista final para ser parte de la Selección Argentina, Mario resaltó: “La verdad que fue una emoción total. Es una alegría inmensa estar en la selección. Fue un regalo de Dios”.


“Nací y pasé mis primeros años como cualquier chico normal, pero de golpe llegó a mi vida una enfermedad que se llama ‘oftalmía simpática’ y sólo 1 de cada 1.000 chicos lo padece”, contó, pero sin un dejo de tristeza. Siempre con alegría, una sonrisa y buen humor.


Luego, continuó su relato de como perdió la vista. “Estaba jugando al fútbol a los 5 años y me lastimo el ojo derecho con una pelota de básquetbol. Sí (aclara), se nos pinchó la pelota de fútbol y seguimos jugando con una de básquetbol que es más dura y tiene asperezas. Eso me lastimó y me provocó una infección que en poco tiempo me hizo perder la visión en mi ojo derecho. Ya a los 6 comencé a ver menos con el ojo izquierdo. La infección se había trasladado al ojo izquierdo y a los 7 perdí la vista y comencé a ir a la escuela para ciegos”, rememoró.


Los últimos colores que ví


A colación contó una anécdota que eriza la piel de solo de escucharla. ¿Sabes los últimos colores que vi?, dijo Mario. “Vi el cielo color celeste temprano, al salir de casa, camino a la escuela de la mano de mi mamá. Ya en la escuela hice un dibujo y lo pinté de color azul. Después ya no vi nada más. Nada”.


En tanto no se olvidó en el epílogo de la charla de su familia y dijo: “Mi familia está muy contenta con esta convocatoria. Somos un montón y también me alegro por ellos. Por mi mamá Rosa Galeano; por mi papá Claudio Ríos y por mis hermanos Gastón; Claudio, Enzo y Agustina y Santiago. Creo que va a ser una experiencia nueva y única, la de ser parte de la Selección. Ahora solo me resta disfrutar”.

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